Este jueves se unieron 89 nuevos promeseros de todas las edades a la Cofradía de los Diablos Danzantes de Yare, una tradición que arribó a sus 273 años en el estado Miranda, así lo informó la secretaría de Patrimonio Cultural Inmaterial de la entidad, Mariam Martínez.

«Estos nuevos promeseros después de recibir su preparación religiosa, se incorporaron a la cofradía y realizaron su primera danza, acompañando el recorrido por los 43 altares dispuestos en las principales calles de San Francisco de Yare», manifestó.

Resaltó que tras dos años de suspensión de la festividad por la pandemia de la COVID-19, la población de Yare, junto a turistas y cientos de devotos acompañaron esta manifestación de fe declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco en el 2012.

«Hoy el pueblo de Yare vivió con júbilo la celebración del Corpus Christi. Los promeseros a las afueras del templo al ritmo de la caja y las maracas, se pusieron de rodillas ante el Santísimo Sacramento del Altar, a quien hoy le agradecen por los favores recibidos», agregó Martínez.

Por su parte, el presidente de la Red de Patrimonio y Diversidad Cultural de la entidad, Juan Ramón Ojeda, felicitó al pueblo de Yare y los integrantes de la Cofradía de los Diablos Danzantes (portadores, capataces, arreadores y mujeres arreadoras), por tan grande muestra de entusiasmo, fe y devoción en torno a la manifestación cultural y religiosa.

La actividad estuvo acompañada por el Gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, junto al Consejo Legislativo de la entidad y la Alcaldía del municipio Simón Bolívar.

Diablos expresan su fe al Santísimo Sacramento

José Antonio Navarro Cerezo, devoto del Santísimo Sacramento, señaló que para él es un orgullo pertenecer a esta cofradía que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

«Al Santísimo Sacramento le debo mi vida, yo tuve una enfermedad respiratoria pulmonar cuando era niño y los médicos no me daban esperanza de vida y hoy 45 años después, me encuentro vivo y danzando todavía para él», aseguró.

Por su parte, Ana Díaz, arreadora y madre de dos niños promeseros, aseguró que su devoción al cuerpo de Cristo representado en la eucaristía permitió tener a sus hijos con vida. «Pagar una promesa al Santísimo es cumplir y agradecer el favor concedido, mi hijo mayor nació prematuro, tuvo muchas dificultades y gracias al Sacramento hoy está sano», aseguró.

Prensa Gobernación de Miranda