La paz comienza con una sonrisa, decía la Madre Teresa de Calcuta. Parafraseando al llamado padre del pensamiento moderno, el filósofo neerlandés del siglo XVIII, Baruch Spinoza, cuando se habla de paz no nos referimos a la ausencia de la guerra ni la violencia, sino a una virtud, a un estado mental, a una disposición para hacer lo bueno, lo correcto, lo justo, lo cual genera una confianza compartida entre todos los que integran una comunidad.

Y justamente, en la primera línea de trabajo dentro de nuestros planes de gobierno regional, está la edificación de la paz ciudadana en todos los rincones de nuestro hermoso estado Miranda, proceso éste que pasa por optimizar los recursos para la seguridad integral.

Vale recordar que hasta no hace mucho estuvimos en el primer lugar de las entidades con mayor incidencia delictiva. De hecho, las cifras indicaban que la inseguridad en Miranda triplicaba a la del estado que ocupaba el segundo lugar.

Hoy podemos decir con gran alegría que bajamos al octavo puesto. Nuestra meta es lograr una paz ciudadana por medio del entendimiento, el único camino que hace irreversible ese logro social, tal como lo pregonaba el genio alemán Albert Einstein.

Con vista a alcanzar este propósito, nuestro primer paso ha sido fortalecer los mecanismos, instrumentos y la formación de nuestros funcionarios (policías, bomberos y trabajadores de Protección Civil).

Así, para lograr reducir en un 38,1 % la incidencia delictiva, bajar en más de la mitad la tasa de secuestros y, en un 43% los homicidios, hemos garantizado la presencia de los representantes de la ley en las calles, avenidas, autopistas y carreteras del estado.

Pasamos de unas escasas 6 a 235 patrullas, creamos 207 Cuadrantes de Paz, pasamos de contar con a penas 900 policías a 2.232. Además contamos con 2.577 funcionarios en formación en cuatro sedes de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad. También están formándose 71 aspirantes a bomberos.

La edificación de la paz ciudadana en Miranda, además pasa por el desarrollo de una acción preventiva, por ello estamos atendiendo a casi medio millón de mirandinos en actividades educativas, deportivas, recreativas, culturales, de alimentación, salud y asistencia jurídica.

Incluso, para el resguardo de las familias en playas y balnearios, pasamos de contar tan solo con 150 salvavidas a 1.632 para este momento.

Pero, como decía el gran líder Malcolm X, no se puede separar la paz de la libertad, y esa libertad nace de la decisión de cada mirandino de asumir desde su fuero más interno, su derecho a disfrutar de una verdadera paz.

Una paz que nace de la garantía de que todos estamos trabajando, esforzándonos por respetar al otro, actuando siempre de buena fe, manejando con prudencia, siendo generosos y agradecidos, dispuestos a colaborar con el de al lado, incluso sin conocerlo.

La paz se logra si tenemos un sistema de justicia confiable. Por eso, hemos hecho un gran esfuerzo por instalar los equipos necesarios para activar Las Casas de Justicia.

Ha sido la confianza de la gente en nuestro servicio de seguridad la que llevó a aumentar el turismo de playas y ríos en todo el estado Miranda. Para carnaval incrementamos un 15%, para semana santa estuvimos en el 20%, y en nuestras Vacaciones Seguras bajamos las tasas de delitos en un 68%, los homicidios en un 54% y los robos de vehículos lo disminuimos en un 52%. Sin contar con una reducción de accidentes viales en un 42%. Cada día nuestro estado es más seguro porque todos estamos poniendo nuestro granito de arena.

Por eso, como lo cantaba John Lenon, sólo si soñamos con un mundo de amor y paz, lo podremos hacer realidad. Sigamos soñando con una sonrisa en el rostro, y sigamos construyendo una Miranda de amor y profunda paz ciudadana.