La educación en Venezuela ha sido afectada recién por tres grandes conflictos y hay que unir esfuerzos para afrontarlos, aseveró este viernes el recién designado Ministro de esta área, Héctor Rodríguez.

Durante un encuentro con el liderazgo social y político del estado Miranda,  mencionó que el primero de estos conflictos es la pandemia de COVID-19, que afectó gravemente a la sociedad y, en particular, a la educación, pues alejó a maestros, estudiantes, familias y comunidades del espacio educativo, afectando profundamente el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El segundo conflicto, según manifestó Rodríguez, es el bloqueo económico y las sanciones, que han deteriorado las condiciones materiales y económicas del país. Aseguró que esto ha impactado los ingresos de los maestros y trabajadores de la educación, así como la infraestructura, los recursos pedagógicos y los servicios públicos esenciales como el transporte, el agua y la electricidad.

Estas condiciones materiales también han afectado el bienestar de las familias, repercutiendo negativamente en la educación, agregó.

Asimismo el nuevo ministro sostuvo que el tercer conflicto es el impacto de las redes sociales, que aunque inicialmente se consideraron una gran esperanza para el acceso a la información, la libertad y la educación, hoy en día representan una de las principales amenazas para la humanidad.

“Las redes sociales han transformado la manera en que interactuamos y accedemos a la información, con efectos profundos en la educación (…) Sin embargo, hoy enfrentamos la dictadura de los algoritmos, que deciden qué contenido mostrar a los usuarios, limitando así la libertad de información”, concluyó Rodríguez.

Sobre este último punto dijo que estudios recientes sugieren que esta generación podría ser la primera en la historia de la humanidad en tener un nivel de conocimiento cultural e intelectual inferior al de la generación anterior debido al uso excesivo de redes sociales.

En este sentido,  hizo un llamado a todos los actores sociales a involucrarse para abordar este problema. «No se trata solo de un ministerio o de los maestros, sino de la familia, la comunidad y todos los trabajadores de la educación. Todos debemos unirnos para enfrentar este gran reto y asegurar un futuro mejor para nuestros hijos y para el país», concluyó Rodríguez.