Hace 269 años los Diablos Danzantes de Yare realizaron su primera danza al ritmo de la caja (tambor típico) por las calles del hoy municipio Simón Bolívar del estado Miranda. Esta festividad religiosa se ha mantenido y fortalecido con el paso del tiempo gracias a que ha pasado de generación en generación de forma ininterrumpida, hecho que fue reconocido por la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco) al concederle el 6 de diciembre de 2012 la declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La festividad de los Diablos Danzantes se lleva a cabo el día de Corpus Chisti, fecha que se calcula contando 9 jueves después, del Jueves Santo.

Ernesto José Herrera, presidente de la Cofradía del Santísimo Sacramento de los Diablos Danzantes de Yare y vicepresidente de los Diablos Danzantes de Corpus Cristi de Venezuela, señaló que para este 2018 la principal petición que van a realizar es que en Venezuela reine la paz, el diálogo, así como también se ilumine el entendimiento a las autoridades, a todos los niveles, para que logren encontrar las soluciones a todos los problemas que atraviesa el país. También piden por la lluvia, como al inicio de su historia, para obtener buenas cosechas en los campos.

Ernesto Herrera, presidente de la Cofradía del Santísimo Sacramento de los Diablos Danzantes de Yare.

En vísperas del día de Corpus Cristi, Ernesto se mantiene en la “Casa de los Diablos”, ubicada en la calle Simón Bolívar de San Francisco de Yare. En esta vieja casona se encuentran las oficinas administrativas, sala de reuniones y un gran salón que sirve para los ensayos de los toques, cantos y bailes, así como para otras actividades de carácter comunitario.

En la pared principal se encuentra un mural con el rostro de los integrantes más relevantes de la cofradía, quienes en algún momento tuvieron la responsabilidad de dirigir todo la festividad religiosa, transfiriendo el legado, a las nuevas generaciones. La pintura también representa un homenaje y respeto a los ancestros de los Diablos Danzantes.

Resaltan los nombres de Luis Francisco Zamora, primer presidente de la Cofradía, Manuel Portero Moronta quien comenzó en los años 1930 y 1940 a inició la muestra de las máscaras más allá de los límites del pueblo; Gumersindo Palma, un gran poeta; Pedro José Herrera, segundo presidente de la cofradía; Isola Carrillo cantante y compositora de las fulías; Josefina González, responsable de convertir la sopa de mondongo en el plato típico el día de Corpus Cristi, Manuel Salvador Sanoja, mejor conocido como “El Mocho”, responsable de darle los colores a las máscaras y el bailador de bailadores, Amador Díaz, el cual fue una figura relevante y por lo cual esta  sede lleva su nombre.

“Este año dos mil 579 danzantes tomarán las calles del pueblo. Por primera vez en la sede de los Diablos de Yare se reunió un grupo de jóvenes artesanos para fabricar 210 máscaras que serán utilizadas en el día de Corpus Christi, gracias al apoyo del gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez y del alcalde del municipio Simón Bolívar, Salvador Medina, quienes ayudaron a conseguir los materiales para que los integrantes de la Cofradía pudieran crear sus propias máscaras, pues con los altos costos de los insumos era muy difícil poder adquirirlos”, dijo Herrera.

Sobre  la declaratoria de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, explicó Ernesto que para obtener este reconocimiento se debe cumplir con varios requisitos: el primero de ellos, que la comunidad se identifique con la expresión cultural y que la actividad tenga una declaratoria similar en el país, y así lo hizo el Comandante Hugo Chávez en 2003.

 Una tradición de mucha fe y devoción

Debajo de las coloridas máscaras se encuentran historias de venezolanos llenos de espiritualidad, fe y devoción al Santísimo Sacramento, que aseguran que Dios escucha las plegarias, las solicitudes y las cumple para gracia de los promeseros..

Isabel Palma de Tovar tiene 85 años, y dentro de la Cofradía ha sido designada como Capataz Mayor, hecho que le otorga el derecho el día de Corpus Chisti de vestirse de rojo y dar las órdenes que considere pertinente para que el ritual se lleve a cabo cumpliendo las enseñanzas de los ancestros.

Isabel Palma de Tovar (izquierda) y Francisca Palma (derecha), son responsables del desarrollo de la ceremonia.

“Mi palabra es ley, todos tienen que hacerle caso a mis órdenes, a mis recomendaciones. Me visto de rojo, pero no uso máscaras, los preparativos para el Corpus Cristi se inician con meses de anticipación, el día del evento comenzamos nuestro primer baile en el cementerio del pueblo, nuestra primera danza del día es para rendir homenaje a los ancestros, luego nos reunimos en la sede y de allí salimos a las 10 de la mañana rumbo a la Iglesia. Cuando se lleva a cabo la misa hacemos el intento de querer entrar al recinto, pero nos recibe el padre, junto a la imagen del Santísimo Sacramento, nos rocía con agua bendita y nos postramos en señal de rendición, escuchamos la misa y luego pedimos permiso para bailar por las calles del pueblo”, explicó Isabel Palma.

La segunda capataz es Francisca Palma. Ella dice que tiene la responsabilidad de vigilar la ceremonia para que las personas puedan disfrutar del evento. “Ese día nuestro pueblo se llena de gente, de turistas, las familias se reencuentran. Este año los Diablos Danzantes de Yare van a bendecir 45 altares en diferentes casas, cuyas personas con anterioridad debieron enviar una comunicación para pedir la danza en sus casas y las razones por las cuales montaron un altar, también se baila en la casa de los diablos que han fallecido”, explicó.

Para recibir a los visitantes en diferentes casas se prepara mondongo, dulces y bebidas tradicionales para compartir.

Ambas mujeres realizaron promesas por razones de salud de adorar al Santísimo Sacramento de por vida, una tradición que se ha mantenido en la familia Palma de generación en generación.

La devoción por los Diablos Danzantes de Yare ha pasado de generación en generación.

Cruz González tiene 66 años de edad, de niño padeció de muchas enfermedades y por ello su madre estaba preocupada, “y fue a la edad de 7 años que mi mamá, arrodillada ante el Santísimo Sacramento, hizo la promesa de que si yo me curaba estaría dentro de la Cofradía. Antes de ser Diablo Danzante me tuve que preparar, el Bautismo, la Primera Comunión y luego la Confirmación; luego comencé mi preparación y a los 14 años ya pude comenzar a bailar”.

Señala Cruz González que guarda en su casa cada una de las máscaras que ha utilizado en todos sus años de baile, pues eso forma parte de la promesa realizada. “La devoción que me aprendí de mi madre, se la transmití a mis hijos y ellos a mis nietos. Estoy preparando mi máscara y mi indumentaria para seguir cumpliendo mi promesa”, comenta.

Javier Naspe y Luis Enríquez tienen 10 y 11 años respectivamente, los encontramos en la sede de los Diablos de Yare creando su primera máscara, ambos señalaron ser “promeseros”, ya que sus madres también realizaron peticiones para que mejorara la salud de ambos.

“Mi mamá me cuenta que al momento nacer se presentaron problemas en el parto y tanto mi vida como la de ella estuvieron en peligro. Mamá realizó la promesa en ese momento y desde pequeño mis familiares me han hablado de la tradición, hoy estoy fabricando mi primera máscara y me preparo para entrar en la cofradía”, dijo Javier.

Francisco Castillo dentro de la cofradía tiene el rango de Cajero Principal. Él le pone ritmo a la danza de los diablos. “También cumplo promesa por la palabra empeñada de mi mamá ya que de pequeño sufría de muchos ataques de asma y me curé. Con el paso del tiempo me preparé e ingrese a la Cofradía, aprendí los diferentes toques que retumban el pueblo el día de Corpus Christi”.

Unos diablos que se rinden ante Dios

Los Diablos Danzantes de Yare son una actividad religiosa cuyo origen se remonta al siglo XVIII. Es la cofradía más antigua del continente americano entre las que adoran al Santísimo Sacramento y celebran el triunfo del bien contra sobre el mal. La cofradía se encuentra divida por un orden jerárquico:

* 3 Capataces

* 5 Arreadores

* Primer Cajero

* Segundo Cajero

* Auxiliares

* 1 Capataz Mujer

* 1 Asistente al 1er Capataz

* 1 Asistente al 2do Capataz

* Porta-estandarte

* Promeseros

* Promeseras

Las tres teorías de su creación

La tradición se encuentra arraigada en varios estados de Venezuela, como Aragua, Vargas, Guárico, Miranda, Cojedes y Carabobo, y proviene de una mezcla de culturas indígenas, negra y española.

En 1740 fue el primer año de los Diablos Danzantes de Yare. Era época de sequía y los negros desesperados por el miedo a perder las cosechas le piden a Dios que llueva, por lo que en ese año llovió torrencialmente y en agradecimiento ofrecieron vestirse de Diablos.

Esta manifestación es característica por sus máscaras multicolores y su vestimenta roja que va acompañada de collares con motivos religiosos, rosarios, cruz de palma bendita, una maraca y un mandador. Hasta 1948 los Diablos creaban sus vestuarios con ropas y trapos viejos y eran pintados en varios tonos. Ese mismo año por la toma de posesión del presidente Rómulo Gallegos, el ministerio de Educación organizó la llamada Fiesta de la Tradición que se realizó en el Nuevo Circo de Caracas, evento al cual fueron invitados.

Se dice que los directivos de la Cofradía solicitaron al doctor Juan Liscano, organizador del evento, su colaboración en la donación de telas para la confección de los trajes, pero por un error solo enviaron piezas de color rojo y todos los diablos se presentaron al evento vestidos de este color, mismo que adoptaron hasta hoy. (Prensa Gobernación de Miranda)