La devoción al Santísimo Sacramento se hizo sentir en las calles de San Francisco de Yare, municipio Simón Bolívar, este 8 de junio, donde cientos de creyentes, vestidos de rojo y blanco, danzaron al son del tambor de caja para agradecer a Dios los favores concedidos como Diablos Danzantes del Corpus Christi de Yare.

Pablo Azuaje, primer capataz de la cofradía, con su danza elevó oraciones por la paz mundial, el fin de la desidia en el mundo y la desaparición del odio entre unos a otros. Explicó que dentro de las jerarquías existentes en la cofradía, él es el único que posee una máscara de cuatro cachos, el máximo rango religioso que se le consagra a algún creyente.

“Tengo 39 años siendo el primer capataz, para llegar aquí se debe tener una conducta intachable, una buena danza, una creencia, devoción de por vida al Santísimo Sacramento y un buen carácter para que los promeseros lo respeten a uno”, aseguró.

Para la promesera Yubisay Rivas, la vida de su hija y nieto se las debe al Cuerpo de Cristo. “Al salir embarazada, no sentía moverse a mi bebé de cinco meses y prometí al Santísimo participar en las ceremonias de los Diablos Danzantes. Al llegar a la esquina de la iglesia, empecé a sentir los movimientos en mi vientre”, aseguró.

Explicó que años más tarde, al nacer su nieto, el bebé permaneció por 15 minutos sin signos vitales, en ese momento su hija lo prometió al Santísimo Sacramento y empezó a respirar por sí sólo, un acto de fe que la mantiene de pie ante Dios.

La creencia, la danza, el misticismo y las tradiciones ancestrales de Cofradía de los Diablos Danzantes del Corpus Christi de Yare fueron reconocidos en 2012 como un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, actualmente está conformada por más de 2.500 promeseros y han danzado por 274 años consecutivos para honrar el cuerpo de Cristo.

Prensa Gobernación de Miranda