Muchos jóvenes venezolanos han dejado a sus familias, sus terruños donde nacieron, crecieron y se formaron como hombres y mujeres para irse a recorrer miles de kilómetros, cruzar numerosas fronteras y someterse a nuevas costumbres, a nuevas culturas para buscar mejores oportunidades de vida y de prosperidad.

Sin embargo, ante esa realidad, también existe otro gran grupo de jóvenes profesionales, altamente capacitados, que decidió quedarse en Venezuela y apostar con su trabajo, esfuerzo, conocimiento y disciplina a la recuperación económica y social del país.

Un ejemplo claro sobre esta premisa se puede observar en el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), institución creada por Hugo Chávez el 12 de septiembre de 2005, donde todo el personal científico, compuesto por ingenieros, químicos, biólogos y nutricionistas, tienen una edad promedio por debajo de los 30 años, mientras que el personal administrativo ronda los 40 años.

Todos desde que ingresan al CNTQ, institución que pertenece al Consejo Científico y Tecnológico del estado Miranda, creado por el gobernador Héctor Rodríguez, reciben un plan de carrera, dependiendo de su orientación profesional. Allí les facilitan cursos de capacitación, aunado al apoyo bibliográfico, con el fin de que se puedan formar de manera integral en su área específica.

Estudiantes universitarios y tesistas realizan sus pasantías en el CNTQ,

En el CNTQ, centro científico en el que laboran unas 60 personas, existe una gerencia de investigación y desarrollo, la cual se divide en tres coordinaciones: la de energía y ambiente, la de sistemas de gestión y calidad, y la de manufactura y valoración de la materia prima nacional, todas destinadas a innovar y generar respuestas a las problemáticas que existan en el país.

“Nuestra función principal ha sido vincular a las empresas que tienen un determinado problema y nosotros formulamos un proyecto de soluciones. Luego articulamos con las universidades del país, para que ellos nos ayuden a buscarle las soluciones a esas dificultades”, relata Magali Enriques, presidenta del CNTQ.

Esta institución, ubicada en la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, conocido como Aeropuerto La Carlota, se encarga además de dotar a las universidades con equipos y materiales científicos, solventes y reactivos, necesarios para la realización de los experimentos. Asimismo, estudiantes universitarios y tesistas que realizan sus pasantías en el CNTQ, acompañados por sus trabajadores, se involucran en los proyectos que dirigen en conjunto con las universidades, para finalmente dar respuesta a las necesidades de las industrias y empresas de todo el país.

Enriques, quien fue la primera en su promoción de la Facultad de Ciencias para optar al título de licenciado en Química, además de ser magíster en Química, opción Físico-Química en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y de haber realizado un doctorado en el Instituto Nacional Politécnico de Toulouse (Inpt), Francia, señala que el CNTQ ha aportado de manera satisfactoria en la construcción y desarrollo del país.

Desarrollo de Proyectos

El proyecto de diseñar y fabricar el dispositivo de eyección del asiento de los aviones de combate estadounidenses F-16, conjuntamente con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), ha sido uno de los trabajos bandera de la institución científica.

“Hubo un buen tiempo en que esos aviones estuvieron fuera de servicio, porque esos dispositivos se vencieron y, debido al bloqueo que tenemos, más nunca los pudimos adquirir. Nosotros desarrollamos ese proyecto y, gracias a ello, esos aviones siguen volando, es decir, le extendimos la vida útil a esas aeronaves”, relata Magali.

Otro proyecto realizado por su personal fue el referente a la resinación de los pinos caribe, experimento que resultó exitoso, el cual fue ejecutado de manera conjunta con la Universidad de Los Andes (ULA) y Pdvsa Intevep. “En dicha investigación y estudio, se demostró que si se resina el pino de manera adecuada, la madera no perderá sus propiedades para el uso en carpintería y en la elaboración de muebles”.

Magali Enriques, presidenta del Centro Nacional de Tecnología Química.

Desde su oficina, donde gerencia el Centro Nacional de Tecnología Química, Magali, manifiesta sentirse orgullosa de ser parte de la institución.

“Nosotros trabajamos todos los días sin quejas, porque creemos que entre todos vamos a solucionar los problemas que se nos vengan. En vez de criticar, tratamos de construir y seguir avanzando; ese es el clima que se respira en el CNTQ. No hay que negarlo, hay una parte de la población que se está yendo, pero hay otra que es bastante significativa que se está quedando y apuesta fuerte para que el país salga adelante. A los que piensan irse, les digo que veamos bien lo que tenemos. Venezuela es un país que tiene tantas riquezas que podemos aprovechar. Lo que debemos hacer es saber explotarla, con talento, para generar lo que necesitamos en el país. Si tenemos todo acá, por qué ir a pasar trabajo afuera cuando tu país te necesita”. (Prensa Gobernación de Miranda)