El pasado viernes tuvimos la oportunidad de acompañar a la juventud
venezolana en un acto cargado de mucha alegría en el Poliedro de Caracas,
para respaldar la candidatura de Nicolás Maduro en las venideras elecciones
presidenciales convocadas por la Asamblea Nacional Constituyente.

Vimos allí muchos rostros cargados de esa esperanza que caracteriza a las y los
jóvenes que el Presidente Chávez denominó “la mejor generación en 500 años
de historia”, vimos ganas de construir, de seguir avanzando pese a las
adversidades que hoy enfrenta nuestra amada Venezuela. Vimos además la
disposición a defender nuestro derecho al futuro.

Nos da satisfacción saber quienes vivimos en carne propia el maltrato de la
llamada recluta obligatoria y la represión, la exclusión del sistema educativo y la
falta de oportunidades, que hoy contemos con escuelas, liceos y universidades
gratuitos en todo el territorio nacional; que nuestra juventud cuente con
incentivos para estudiar cómodamente, la oportunidad de tener un trabajo,
acceder a créditos y a una vivienda digna.

Hablamos de una generación que participa del debate político nacional a través
de numerosas formas de organización en sus propios centros de estudio y
comunidades para aportar ideas para el avance de nuestro país. Una generación
consciente de los tiempos históricos que vivimos y que no se deja engañar
fácilmente por el aparataje cultural que persigue el embobamiento de la
sociedad para así poder controlarla mejor.

En nuestros liceos y universidades se demuestra día a día la capacidad de la
democracia participativa y protagónica con cada opinión y decisión surgida en
asambleas de jóvenes y que son tomadas en cuenta. Para muestra, veamos la
alta participación en la discusión del nuevo Plan de la Patria. Cada joven de este país sabe que tiene una cuota de responsabilidad en esta hermosa e ineludible
tarea de edificar un país más justo.

Esta juventud tiene muchos más derechos que ninguna otra generación en
nuestra historia. Esta juventud es protagonista de la historia que juntas y juntos
estamos construyendo. Esta juventud es dueña de su futuro y no va a permitir
que nada ni nadie se lo arrebate.

Por eso, en el Poliedro, dejamos clara nuestra apuesta a la candidatura de
Nicolás Maduro, en reconocimiento a su valentía y lealtad al afrontar las
dificultades, pues en circunstancias similares cualquiera se hubiera rendido. Por
el contrario, como un padre nos ha mantenido unidos y nos ha hecho descubrir
lo capaces que somos.

Por el derecho a la educación, al trabajo seguro y al futuro, la juventud
organizada se mantiene desde ya desplegada para ser copartícipe de esta
historia que estamos construyendo. Tenemos la fortaleza para hacerlo y un
legado histórico de saberes y luchas.

Como diría el cantautor Alí Primera, nosotros hagamos la historia, que otros la
escriban en un mundo mejor. De eso se trata, de construir una sociedad más
justa y equitativa para la nuestra pero sobre todo para las generaciones que
están por venir. Vamos pues.