«Me alegra formar parte de este proyecto porque saber que puedo contribuir en la construcción de una herramienta que permite brindarle protección al personal que más está expuesto durante esta pandemia, como lo es el personal médico y enfermero, es de gran orgullo y satisfacción».

Estas son palabras de Hugo Hernández, ingeniero en Telecomunicaciones, nacido en Caracas pero criado en Los Teques, quien forma parte del equipo que construye máscaras con impresión 3D, proyecto que se adelanta gracias a la alianza entre el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), el Consejo Científico y Tecnológico del estado y la empresa privada.  De allí surge FabLab, red de laboratorios especializados en el área del diseño digital que se encargan, entre otras cosas, del desarrollo de prótesis, construcción de  edificios inteligentes, piezas para protección sanitaria y robótica.

Hugo aseguró que su amor por el arte del funcionamiento de los objetos fue lo que lo llevó a lograr lo que, en tiempos de cuarentena, ha sido de gran ayuda para los profesionales de la salud, así como un gran avance en materia tecnológica y vanguardista.

«Me enorgullece formar parte de esta gran iniciativa dedicada al personal que día a día se arriesga para  tratar y  curar a los pacientes afectados por este virus», mencionó mostrando una de las máscaras.

Agrego que esta propuesta es de vital importancia ante la situación que vivimos actualmente porque, «permite al personal de salud aumentar su seguridad en relación al contagio mientras atiende a los pacientes, ya que esta máscara protege todo el rostro de quien la tenga puesta».

Este gran ser humano cuenta que su pasión por la innovación y la invención nace desde muy pequeño, pues sintió curiosidad por tres cosas: «La primera era conocer de qué estaban compuestos los carros a control remoto, quería entender cómo una persona podía hacer que el carro se moviera desde un control, al punto que llegaba a desarmarlos; en algunas ocasiones no sabía cómo armarlos pero luego aprendí a hacerlo».

Le apasiona la música, así que la segunda curiosidad es la lutería (el arte de crear y reparar instrumentos musicales), «luego de romper el cuatro que tenía mi papá, quise repararlo y por un canal (de TV) nacional llegué a ver un programa que hablaba sobre la construcción y reparación de un cuatro, más no pude arreglarlo», cuenta entre risas.

«El tercero se sigue orientando hacia la música, ya que crecí escuchando gaitas y me gustaba el sonido del cuatro, en la casa tenía un manual y a los nueve años aprendí  a tocarlo», dijo.

Prensa Gobernación de Miranda