«Recorrer las calles con el único objetivo de hacer feliz a los que me rodean es lo que me motiva a trabajar en pro de mi comunidad», fueron palabras de Antonio Betancourt, uno de los jóvenes que le pone cara a la solidaridad en el municipio Guaicaipuro durante la contingencia por la COVID-19, al preguntarle por su labor social.

En su empeño por ayudar, nos narra, recorre las comunidades junto a las Brigadas de Solidaridad Juvenil para brindar a sus habitantes lo necesario para que en medio de la cuarentena social sus vidas sean más tranquilas.

«El venezolano por naturaleza es solidario; sin embargo, a través de estas brigadas, y en medio de esta pandemia descubrimos que siempre hay oportunidad de dar más amor y atención a todas aquellas personas que lo necesitan», dice muy entusiasmado.

Aseguró que lo que más le hace sentir feliz y satisfecho es saber que la tranquilidad y alegría de los mirandinos tiene que ver con su contribución diaria, «porque no se trata solo de ayudar, es hacerle saber a los ciudadanos que estamos con ellos y que trabajamos para ellos».

«Siempre me ha gustado servir a los demás y tengo la certeza de que la sociedad venezolana es muy agradecida, altruista y amistosa, de pequeñas obras resultan grandes actitudes», expresa Antonio.

Durante su trabajo comunitario, el joven dice que las jornadas sirven para formar lazos, porque se aprende a conocer a quienes nos rodean. “He tenido la oportunidad de conocer a los vecinos y ayudarles en lo que han necesitado», dice con absoluta firmeza.

«Es un trabajo muy gratificante porque lo que se busca es dar, sin recibir, desinteresadamente; y en estos tiempos de cuarentena es cuando debemos permanecer unidos como sociedad», complementa.

Antonio tiene 27 años de edad, se encuentra en los últimos semestres de su carrera de Trabajo Social, la cual afirma haber escogido bien «porque lo que más me hace sentir bien es ayudar a las personas».

Prensa Gobernación de Miranda