A la cocina de la Unidad Educativa Estadal Magaly Burgos de López acude todos los días Adriana Moreno a preparar comida para niños y adultos mayores del sector Barrio Nuevo de Campo Rico, en Petare, municipio Sucre. Ella es una de las tantas Madres Cocineras que mantiene activo, en medio de la contingencia nacional causada por la COVID-19, el Programa de Alimentación Escolar (PAE), que en esta contingencia brinda una mano a las personas más vulnerables.
Esta joven mirandina, de 36 años de edad, es madre de tres hijos: uno de 16 años, estudiante de cuarto año de bachillerato. Le siguen una niña de 10 años y un niño de 7, alumnos de 5º y 2º grados respectivamente, todos de la referida Unidad Educativa.
Con una marcada sonrisa manifiesta su orgullo de ser Madre Cocinera y poder servir a la comunidad con su trabajo, especialmente ahora que estamos en plena cuarentena colectiva social para frenar la propagación del coronavirus.
“Este es un trabajo muy fuerte, tanto así que cuando arribo a la casa llego agotada, al igual que mis compañeras, pero nos sentimos orgullosas, con mucha satisfacción y alegría de hacer una obra como esta, la cual la realizamos con mucho amor, porque todos esos estudiantes son nuestros hijos y la escuela la consideramos como un hogar”, nos relata Adriana rodeada de utensilios de cocinas, víveres, hortalizas, carne y demás elementos propios de su labor.
Su jornada comienza a las 6:00 de la mañana, cuando se levanta y seguidamente prepara el desayuno de sus hijos. Luego se alista para estar en el colegio a las 8:00. Relata que ella y sus compañeras de trabajo retornan a sus casas a las 2:00 de la tarde, dependiendo de la jornada, y de lo que se prepare en la cocina. En detalle cuenta que cada día elaboran 200 platos para los estudiantes y otras personas del sector, entre las que destacan embarazadas, personas con discapacidad, adultos mayores y hasta niños de otras instituciones.
Los platos que elabora Adriana junto a sus compañeras Iris González, Gregoria Cabriles y Julieta Yánez, son muy variados y balanceados. Un día pueden preparar arroz con granos y pollo mechado; en otra ocasión ofrecen minestrón, arepa y pollo, también carne guisada con arroz, entre otros variados alimentos.
Ellas, uniformadas con franela blanca, mono impermeable azul celeste y delantal, cuentan además con sus respectivos gorros y tapabocas, en resguardo de las normas de higiene y protección recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas trabajadoras, antes de iniciar sus labores, se lavan las manos con agua y jabón, mientras que las tazas retornables donde se coloca la comida ya lista, se lavan con cloro y agua caliente cada jornada.
“Nosotras trabajamos con los jefes y jefas de Calle de los Consejos Comunales Cara al Ávila, Primero de Mayo y Segunda de Mayo, quienes son los encargados de despachar la comida y llevarla casa a casa donde se encuentran los estudiantes y donde están las personas más vulnerables de nuestra comunidad. Los milicianos también nos prestan ayuda. Ellos se encargan de que cada persona tenga su tapabocas y cumpla con todas las normas de seguridad e higiene. También contamos con el apoyo de la Policía de Miranda; cuando se nos acaba el gas, los efectivos policiales del sector nos llevan las bombonas a recargar. De verdad, me encanta este trabajo. Ante esta problemática del COVID-19, nosotras asumimos este papel y vamos a salir adelante por nuestros muchachos y por nuestro país. No nos sirve quedarnos de manos cruzadas y por eso estamos aquí, todo con el apoyo de Dios”, expresa Adriana.
Una vez en su casa, Adriana comparte con sus hijos, les prepara la cena, ayuda con las tareas y les explica la situación por la que atraviesa el país y el mundo. Lava su uniforme que usará para el día siguiente y piensa en la buena acción solidaria que le hizo a sus hermanos. “La solidaridad crece en estos momentos difíciles. Es muy importante que protejamos a todos, principalmente a los niños y adultos mayores, ayudarnos entre todos para salir de esta pandemia de manera victoriosa”, afirma.
Prensa Gobernación de Miranda