Llovió, tronó y relampagueó. Nada logró detener la palabra que diera el Comandante Chávez. Este 20 de marzo de 2018 se hizo entrega de la vivienda número dos millones.

En el 2007, cuando entregaba la primera llave, Hugo Chávez anunciaba que la meta era llegar justo este año a los dos millones de apartamentos y casas entregados a las familias venezolanas.

Su hijo, Nicolás Maduro, comandando un ejército de mujeres y hombres resteados, honraron la palabra de nuestro líder eterno, y la sonrisa de Franzuly, Edgar y su pequeño Daniel rubricaron la decisión histórica.

En el complejo Mirador de Caiza, en las Brisas del Tuy, una caja de chocolates de nuestro más puro cacao barloventeño, y el ritmo de los tambores de los Diablos Danzantes -patrimonios culturales, uno material y otro inmaterial de la humanidad- perfilaron el histórico evento.

Y, nuevamente, el ahora Jefe de Estado pauta dos nuevos retos: llegar a los tres millones de viviendas en el 2019, y a los cinco millones en los próximos años. La palabra quedó empeñada.

Aún con la caída más brutal del precio del petróleo, con un bloqueo financiero, y ataques de todo tipo, la Revolución desarrolló la logística para crear la infraestructura y garantizar cemento, cabillas, bloques, arenas, lavamanos, puertas y ventanas, camiones, trompos, batallones de equipos y voluntades para cumplir con la palabra dada.

Cada uno de nosotros hemos aportado nuestro granito de arena. Ya en Miranda llevamos 222 mil viviendas entregadas y seguimos construyendo.

Nosotros empeñamos nuestra palabra como un todo para transformar nuestro estado. El presidente Maduro con una visión estratégica nos ha apoyado: patrullas para la actividad policial y avanzar en la seguridad ciudadana, respaldo económico para garantizar la alimentación diaria de 110 mil escolares. Y ahora nos aprueba, a los mirandinos, 532 mil millones de bolívares para la restauración de 27 templos religiosos que forman parte de nuestro patrimonio histórico.

También aprobó 94 mil millones de bolívares para la iluminación de nuestras autopistas; 524 mil millones para la rehabilitación de 9 centros hospitalarios en todo el estado; y 206 mil millones para el mantenimiento de ríos y quebradas.

Se dice en dos párrafos, pero eso significa: mayor seguridad para toda la ciudadanía con la garantía de vías iluminadas; niños alimentados para que aprovechen el espacio escolar y desarrollen sus potencialidades en pos de la construcción de un mejor mañana; un servicio de salud respetuoso y muy humano; conservación de nuestro patrimonio cultural; y la previsión para cuando lleguen las lluvias. Es, en suma, más fuentes de empleo, más posibilidades para una vida de calidad y un futuro más brillante.

Así avanza el cumplimiento de la palabra dada en la campaña, en cada asamblea con los consejos comunales, los estudiantes, los empresarios, los cultores. Es nuestra tarea diaria, en la que todos, mujeres y hombres, niños y adultos, trabajadores y empresarios, mirandinos todos, estamos dando lo mejor de nosotros para lograr que Miranda cambie para siempre, y para mejor.