“La libertad no es una opción, es un derecho” recita la escritora puertoriqueña Giannina Braschi y nos da la pista del camino que estamos siguiendo los latinoamericanos enfrentados a las fuerzas colonialistas que siempre nos han querido explotar, esquilmar, robar y asesinar.
Esa fue la lección del 19 de abril de 1810, cuando Emparan, el representante del poder colonial español, desiste, ante la presión popular, de mantenerse en un cargo ante el desprecio de las mayorías.
Y es que esa respuesta no vino de un individuo, no fue de la decisión de una pequeña cofradía. Todo lo contrario, era un pueblo harto de maltratos, invisibilizado y negado permanentemente el que levantó su voz. Una voz que luego concretaría con una acción militar que nos llevó más allá de nuestras fronteras, para enfrentar la violencia imperial.
Porque el concepto de libertad no es hacer lo que nos venga en ganas. Libertad es la construcción de un sistema de justicia y equidad. Es la consolidación de una mentalidad, de una ética, de un deseo de igualdad y derecho para todos.
Libertad es la conquista de nuestro derecho a una salud integral, a un trabajo digno, a la formación y educación constantes, a caminar seguro por las calles y caminos, a un tiempo de ocio efectivo y sano.
Libertad también es corresponsabilidad. Es hacer nuestro trabajo con calidad y dedicación. Es apoyarnos todos, vecinos, amigos, conocidos. Es saber que mientras más honestos somos, mejor calidad de vida tendremos todos.
De nuestra actitud y compromiso depende el hoy y el mañana de todo un país, de nosotros, de este pueblo. Como decía la argentina Eva Perón “La Patria es el pueblo y nadie puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia”.
Y es así, todos juntos somos la Patria. Si se secuestra el dinero de la nación para evitar la compra de alimentos, comida e insumos, nos lo están secuestrando al pueblo venezolano. Si se pide más sanciones contra el país, son sanciones contra cada uno de nosotros.
¿Y cuál es nuestra culpa? ¿Haber apostado a un cambio estructural que le quitara a los grupos de poder el control sobre las riquezas del país? ¿Atrevernos a mirar a los ojos al enemigo y en lugar de agredirlo, demostrarle que amamos la paz y nos negamos a la violencia?
Eso es lo que hemos hecho. Asuminos nuestra libertad de vivir en paz con un compromiso de llegar incluso al sacrificio antes de involucrarnos en acciones violentas.
Tenemos dentro de nuestra patria gente que aún tiene poca conciencia. Personas que han convertido la moneda en un bien de consumo y no en una unidad de cambio. Todavía nos quedan individuos dispuestos a negociar con las necesidades del vecino, y a maltratar a sus congéneres.
Pero cada día crece una mayoría que sabe que la resistencia debe ser en paz, con una gran libertad de conciencia, y que sólo haciendo causa común en el Proyecto Socialista, tendremos oportunidad de soñar con un futuro brillante, para nuestra comunidad, nuestro estado y nuestra Patria.