La victoria del Combate de El Rodeo, acontecida el 12 de mayo de 1821, está consumada. Sin tiempo que perder, el ejército patriota, comandado por el General José Francisco Bermúdez, avanza con la moral en alto en dirección a Santa Lucía, Valles del Tuy, para continuar con la campaña a la que denominó la Diversión Bélica o Distracción de Caracas, estrategia militar que tuvo como objetivo penetrar en las zonas realistas para restarles hombres, pertrechos, su moral y evitar que dichas tropas avanzaran para reforzar a las que se ubicaban en las llanuras de Carabobo, lugar en la que se llevaría adelante el desenlace final para el triunfo definitivo de la independencia de Venezuela.
Desde el sector El Rodeo, la fuerte columna de patriotas se divide en dos para avanzar de manera estratégica a la nueva zona de combate. En la zona de Guatire, una marcha por la quebrada de Kempis, mientras que la otra se moviliza por Caucagua, específicamente por el camino de Aragüita. Días después, tras recorrer cientos de kilómetros, logran encontrarse y unirse nuevamente en la Quebrada de Siquire. Finalmente, el comandante Bermúdez, quien marcha en primera fila, llega con sus hombres para levantar campamento en Agua Amarilla, zona limítrofe con Siquire, Santa Lucía.
En el sector tuyero, los soldados realistas se encuentran envalentonados tras la victoria que obtuvieron en un combate acontecido el 8 de junio contra tropas republicanas. El capitán Ramón Aboy, jefe de las fuerzas realistas en Ocumare del Tuy logra repeler a los hombres del Coronel Felipe Macero hasta las Adjuntas; sin embargo, este resulta herido al recibir dos impactos de bala, por lo que el coronel español Lucas González, calificado como uno de los realistas más sanguinarios del Tuy, es designado como nuevo comandante en jefe del ejército imperial.
Es 14 de junio, 10 días antes de la Batalla de Carabobo. El sector de Macuto, al sur oeste de Santa Lucía, es el epicentro de un cruel y rudo combate militar en el que las tropas del Ejército realista, comandado por el coronel Lucas González se enfrenta a los liderados por Bermúdez, enfrentamiento que inició aproximadamente a las 9 de la mañana; el nombre de la batalla campal fue el Combate de Macuto.
“En un relato que conseguimos, se dice que el Coronel Lucas González se atrincheró en los Altos de Macuto. La batalla fue tan dura que, en ese documento, se informa, y también lo manifiesta el General Bermúdez, que se prorrogó como hasta las 5 o 6 de la tarde. La importancia estratégica de este combate radica en que desde Guarenas los realistas mandaron la noche anterior unos 550 hombres de línea, que se unieron a los que ya estaban allí, acantonados, envalentonados e inspirados por la victoria que lograron el 8 de junio, cuando Aboy venció a Macero. Sin embargo, el General Bermúdez, con el valor de nuestras tropas, superó todo y, desde tempranas horas de la mañana, se empeñó en un sangriento combate que duró hasta altas horas de la tarde. Se dice que el ataque fue tan violento, que hubo mucha sangre derramada en ese lugar. El general González se atrincheró en un cuartel ubicado en Altos de Macuto, y Bermúdez, con sus hombres, ataca una vez, pero es repelido. Vuelve a cometer por segunda vez y retrasa sus tropas, pero ataca en una tercera ocasión y logra apoderarse del sitio. El ejército realista salió derrotado en todos los flancos, e incluso, Lucas González muere en el hecho. Según el Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar, se dice que el comandante patriota, el General José Francisco Bermúdez, le rinde honores fúnebres a González y este es enterrado en el templo de la parroquia del pueblo”, relata Neomar Oviedo, docente jubilado de Lengua y Literatura e investigador.
“A pesar de la ventajosa ubicación que tenían los realistas en el lugar, el General Bermúdez, decide dar combate y se lanza a ellos con un gran grupo de soldados junto a la columna del Coronel Pacheco. Bermúdez le ordena a Pacheco rodear al enemigo por el norte de la posición de los realistas, con el objetivo de que estos abandonaran su posición y los obligan a avanzar atacándolos en dirección a ellos. Mientras eso ocurría, Bermúdez, de manera discreta, ataca la retaguardia del enemigo por el suroeste, y les hacen una emboscada, allí los rodean por el cerro desde el río Guaire. Fue un duro y cruel combate que duró aproximadamente unas siete horas, hasta que al final fue debilitado el ejército realista. A estos no les queda otra opción que huir hacia el noroeste y tomar el camino hacia Soapire. Tras la victoria, no se esperaban más combates en el sector; sin embargo, desde Guarenas, llega el coronel Pereira para auxiliar a Aboy y González. Su misión fracasa y es perseguido tras su retirada hasta el Calvario, Caracas”, cuenta el cronista de Santa Lucía del municipio Paz Castillo, Juan Ramón Ávila.
Dos días después del combate, el 16 de junio, el parte de guerra de la cruel batalla campal, se insertó en el Correo del Orinoco. Se habla que en aquel enfrentamiento bélico se registró la muerte de 63 soldados realistas y de 75 heridos, mientras que del lado patriota se reportó el fallecimiento de 13 hombres y de 60 lesionados.
“Estamos investigando para armar ese rompecabezas sobre cuántos soldados estuvieron en ese combate. Sin embargo, cuando revisamos esos documentos, que se publicaron en el Correo del Orinoco, medio que estuvo dirigido por el vicepresidente de Venezuela, el General Carlos Soublette, vemos que, tras el combate, cayó en poder de los patriotas 315 fusiles, siete cajas de guerra y municiones, más 10 soldados. Todo lo estamos comprobando por medio de las fuentes”, expresa Neomar Oviedo.
Tras la victoria del ejército republicano en el Combate de Macuto, el enemigo establecido en Guarenas se entera del suceso y se retira a Petare, y el 19 de junio, por la noche, las tropas patriotas ubicadas en El Rodeo ocupan la zona. Los soldados pro independentistas continúan con su avance por el país. Los Valles del Tuy están en manos de la gesta libertaria, y pronto los hombres comandados por Bermúdez entrarán nuevamente en la capital.
“El combate de Macuto, la cual estuvo insertada en la Diversión Militar del Comandante Bermúdez, fue una táctica militar muy importante para el control estratégico de la zona de Valles del Tuy y, por ende, para la victoria de la Batalla de Carabobo”, manifiesta Oviedo, quien es también miembro de la comisión encargada de recuperar todos los hechos históricos ocurridos en Santa Lucía.
Diversos libros de historia relatan los acontecimientos y testimonios de los protagonistas de los sucesos acaecidos en la gesta independentista nacional. Además, en dichos textos se habla del reconocimiento que da el Libertador Simón Bolívar sobre el sacrificio, entrega y eficiencia que demostró el Comandante Bermúdez en sus estrategias y batallas.
En el libro Venezuela Heroica, del historiador Alejandro Blanco, se narra un hecho real, en el que el edecán de José Antonio Páez manifiesta que Bolívar acampa el 21 de junio en el sitio de Las Palmas. En el lugar se entera, por información de algunos desertores del ejército realistas, de la brillante campaña militar que realizó Bermúdez por el Oriente y centro del país.
“Imagínate, esa brillante campaña que culmina el Comandante Bermúdez con un triunfo en el Combate de Macuto. En otro libro se manifiesta sobre la importancia que se le da a esa batalla y a todos los combates que efectuó el General Bermúdez, por lo que el Libertador le hace un reconocimiento. Tras la celebración de la victoria en Carabobo, Bolívar respondió: ¡No! las glorias de la inmortal Batalla de Carabobo no me pertenecen. Son glorias conquistadas por el valiente General Bermúdez en su admirable y rápida campaña contra Caracas. Él desmembró con ella el gran ejército de La Torre y él me dio por consiguiente la Victoria de Carabobo, por la cual me felicitais. Son pues sienes las que deben ser ceñidas con estimable guirnalda del triunfo y dignos de eterna loa sus inscritos compañeros de la inmortal cruzada”, expresa Oviedo.
Para el cronista de Santa Lucía, Juan Ramón Ávila, el Combate de Macuto fue una de las claves indispensables y decisivas para la victoria de la Batalla de Carabobo acontecida el 24 de junio de 1821. “En ese triunfo de los patriotas, se logró desmoralizar a las fuerzas realistas, se obtuvieron pertrechos, alimentos, armas, caballos que necesitaban los hombres de Bermúdez. Además, se impidió que nuevas fuerzas imperiales se reunieran en la victoriosa Batalla de Carabobo. Es importante destacar que el nombre de este combate aparece grabado en los monolitos de la Avenida Los Próceres, dentro de las batallas memorables de nuestra independencia”.
Muchas personas se preguntan por qué estos eventos bélicos, los cuales fueron indispensables para lograr la Independencia de Venezuela, de manera definitiva, quedaron en el olvido. Para Neomar Oviedo, lo importante es preocuparse y asumir la responsabilidad de recuperarla y hacerla conocer a todos los venezolanos.
“Es responsabilidad de nuestra generación recuperar nuestra historia. No culpemos a nadie sobre eso. Ahora tenemos la ventaja de disponer de mayor acceso a la información, a través de Internet y de todos los avances tecnológicos para armar este gran rompecabezas, porque hay muchas cosas de Santa Lucía, de Valles del Tuy, de Miranda y de todo el país que deben salir a flote, pero debe ser la misma gente la que se empodere de eso. Estamos recopilando información y mi persona plantea la idea de ir a las comunidades para hacer tertulias, para hacer que las personas pregunten y participen, con el fin de reconstruir nuestra historia que está ahí. Hay jóvenes que están investigando, escribiendo libros o haciendo cortometrajes y guiones de novelas para emitirlos en las radios de acá. Se trata de hacer justicia histórica y esa es nuestra responsabilidad”, expresa.
Relata que hace pocos días visitó la zona de Macuto, lugar donde se desarrolló el combate. Desde allí reflexionó y se imaginó por un momento ubicarse en la época de aquel 14 de junio de 1821, en plena batalla: “Estuve con el cronista de Santa Lucía, Juan Ramón, la profesora Mercedes Panches y Rubén. Eso es puro monte y culebra, con muchas espinas y caminos intrincados. El sol es intenso y hay gran humedad, eso es asfixiante. Nosotros fuimos en carro y con equipos de seguridad. Yo les decía en ese momento: Imagínense cómo sería el amor de esos hombres por la libertad de Venezuela, quienes marcharon desde Guarenas para llegar acá y batallar. ¿Nosotros vamos a permitir que esos sacrificios se pierdan, que no nos inyectemos en las venas el amor por la patria? Independientemente de los problemas que estamos confrontando, somos un solo país y solo una nacionalidad; tenemos que sacar a la luz nuestra historia”.
Prensa Gobernación de Miranda