Son las ocho de la mañana y ya los Bomberos de Miranda se encuentran en las instalaciones de Hospital Victorino Santaella, en Los Teques, para realizar una jornada de limpieza y desinfección profunda, labor donde participan efectivos del Cuartel Central, de la estación San Antonio de Los Altos y de la División de Materiales Peligrosos. Entre ellos está el Sargento 1° (B) David Villaparedes, quien suma 35 años de servicio, de los cuales los últimos 12 han sido como voluntario.
“El amor a este uniforme y las ganas de estar en la calle sirviéndole a la gente es algo muy grande, y aunque yo por distintas razones debí abandonar las filas permanentes del Cuerpo de Bomberos del estado Miranda hace muchos años, decidí no renunciar nunca a mi vocación de servicio y me puse el traje de Bombero Voluntario para poder seguir haciendo lo que más me gusta”, cuenta David con una amplia sonrisa que no deja lugar a dudas.
Estos días de cuarentena no han sido fáciles para los funcionarios de los organismos de seguridad, pues a pesar del llamado a que las personas permanezcan en sus casas para evitar contagios de COVID-19, los bomberos deben salir diariamente a trabajar para proteger y orientar al resto de los ciudadanos. Y si a eso se le suma que con la temporada de sequía vienen los incendios forestales, los efectivos prácticamente no han tenido momentos de descanso.
“Estoy prestando servicio en la estación de San Antonio (…) La alarma no deja de sonar por los incendios forestales. Además diariamente tenemos que hacer desinfección de las áreas públicas y montar guardias de prevención vial para la restricción de la circulación de las personas fuera de los horarios permitidos, todo eso sin abandonar el resto de nuestras labores regulares”, relata.
Y es que las emergencias no se detienen a pesar de lo que pudiera parecer. El teléfono de las diferentes estaciones no para de sonar solicitando ayuda para trasladar a una persona a un centro de salud, porque se cayó un árbol sobre la vialidad o porque alguien se quedó atrapado en un ascensor. Los bomberos son siempre esa mano amiga que está para ayudar cuando más se necesita.
Para este bombero voluntario esa es la mejor parte de su trabajo: saberse útil para alguien que tiene un problema. “Regularmente la gente solo se acuerda de los bomberos cuando nos necesita, pero eso mismo le pasa a Dios y Él no se queja, así que nosotros menos podemos hacerlo, por el contrario, nos sentimos orgullosos de servir a la comunidad en los momentos más difíciles”, dice Villaparedes en medio de una gran carcajada y palmeando por el hombro a uno de sus compañeros más jóvenes.
Mientras tanto, en el estacionamiento del Victorino Santaella todos se organizan y se dividen por grupos de tarea siguiendo las instrucciones precisas del Jefe de Operaciones. El Sargento 1° (B) David Villaparedes presta atención y se pone de acuerdo con “sus hermanos”, como él llama a sus compañeros de trabajo, para empezar a realizar la desinfección. “El deber llama, es hora de servir”, dice mientras camina hacia el interior del hospital.
Prensa Gobernación de Miranda / Bomberos