Durante la decimocuarta reunión del Comité interguberamental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), que se instaló en Bogotá, capital colombiana, el Programa Biocultural para la Salvaguardia de la Tradición de la Palma Bendita en Venezuela podría ser incluido en el registro de Buenas Prácticas del organismo internacional por su contribución a la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial.
La tradición de la siembra, poda y bendición de la palma es muy arraigada en Venezuela, con mayor fuerza y tiempo en el Valle del Espíritu Santo y la Asunción, del estado Nueva Esparta; y en Chacao, estado Bolivariano de Miranda, manifestaciones que aspiran el reconocimiento, de acuerdo con un documento presentado por el centro para la Diversidad Cultural de nuestro país.
La cita de la Unesco en la nación neogranadina se extenderá hasta el 14 de diciembre, y allí, el comité de especialista revisará más de cincuenta candidaturas que esperan su ingreso a las Listas del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, así como de Buenas Prácticas.
Cabe destacar que es la primera vez que este evento se realiza en América Latina, el mismo cuenta con un número de mil 300 personas inscritas y 138 países participantes. Venezuela está representada por Benito Irady, presidente del Centro de la Diversidad Cultural, Fundación adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura y George Amaiz, coordinador de la Oficina de enlace con la Unesco.
Las actividades asociadas con el Programa Biocultural para la Salvaguardia de la Tradición de la Palma Bendita en Venezuela implican la recolección de varias especies de palma en determinadas montañas. Después de recibir una bendición durante una ceremonia religiosa, los Palmeros ascienden a la montaña, en donde pasan varias noches en las que plantan y podan. Las hojas de palma son bendecidas en la Semana Santa y se reparten en varias comunidades.